Joaquín Torres-García, un uruguayo universal



Algunos críticos e historiadores le atribuyen a Joaquín Torres-García la creación de una de las imágenes más emblemáticas y controversiales del movimiento modernista latinoamericano, cuando en el año 1943 este pintor de Montevideo reflejó un mapa invertido de América del Sur. En aquel momento, Torres-García puso al continente de cabeza, indicando que el suera el norte.


Además de haber dejado su huella en múltiples naciones, como España, Francia, Italia y los Estados Unidos, con la misma inquietud con la que este uruguayo permaneció por temporadas en diversas naciones, así mismo se movió en la escena del arte por múltiples tendencias, experimentando con lo constructivo, lo simbólico, lo abstracto y lo concreto.




Joaquín Torres-García consiguió fascinar con su trabajo universal a personas como Barnett Newman y Louis Bourgeois, y tal y como él anduvo por el mundo, así mismo ocurre ahora con la brillante retrospectiva que el MoMA logró organizar del autor uruguayo, con la ayuda de dos instituciones españolas, para dar a la muestra una amplia comprensión del legado plástico de este sudamericano.


Tras una temporada en Nueva York, la retrospectiva de Torres-García, compuesta por 170 obras, llega a la Fundación Telefónica de Madrid, donde permanecerá hasta septiembre, tiempo en el que está previsto que las piezas sean trasladadas al Museo Picasso de Málaga.


Luis Pérez-Oramas, el conservador del departamento de arte latinoamericano del MoMA fue el encargado de hacer la curaduría de esta exposición, en la que pudo seleccionar obras de Torres-García procedentes de 70 colecciones públicas y privadas. El comisario de esta completa retrospectiva asegura que en el maestro uruguayo pueden observarse todas las tendencias que componen la modernidad latinoamericana.




La exposición recibe al visitante con obras que se encuentran dispuestas en orden cronológico, abriendo la muestra un autorretrato y una pintura en la que refleja a su esposa, así como uno de los frescos que concibió para Mon Repós, una vivienda de Tarrasa que en la actualidad funciona como Fundación y en la que experimentó con la influencia helénica.


Joaquín Torres-Gracía. Un moderno en la Arcadia es una muestra imprescindible para entender no sólo el legado pictórico de este autor uruguayo, también para comprender las inquietudes de la modernidad en América Latina.

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