El Centro Pompidou quiere llegar a China

El mercado del Oriente Próximo y Lejano se ha vuelto muy atractivo para el arte. Desde América y Europa saben que los inversionistas de arte procedentes de estos lugares del mundo han crecido notablemente, convirtiéndose en un segmento del mercado que debe ser atendido. Gracias a esta demanda, es normal que prestigiosas instituciones vinculadas con la difusión y el comercio del arte quieran hacer esfuerzos por extender su presencia a estas lejanas regiones.

Tal como lo refiere [Luis Benshimol], hace poco la casa de subastas Sotheby’s inauguró en Dubai una sede de su empresa, brindando de este modo al público del Medio Oriente la posibilidad de adquirir piezas de arte y otros objetos de colección sin necesidad de trasladarse a Nueva York o a Londres, las otras dos ciudades del mundo donde esta empresa funciona.

Ahora, a poco tiempo de la apertura del Centro Pompidou de Málaga, la institución de arte contemporáneo más prestigiosa de Francia también está enfocada en la inauguración de uno de sus museos en China. La directiva de este centro parisino puede formar parte del corredor cultural que el Gobierno de Xuhui quiere desarrollar en la nación asiática.

Este pasaje cultural, que quiere congregar en 11 kilómetros todas las artes, estará junto al río Huangpu y la inversión para transformar esta zona, que funcionó como un centro industrial, en un completo complejo cultural está estimada en más de 3.000 millones de euros.

Aparentemente el Centro Pompidou ya tiene un lugar reservado en este lugar y será el arquitecto británico David Chipperfield el encargado de diseñar la nueva sede de la institución francesa. Su nombre será Museo de Arte Moderno West Bund y sus fondos permanentes serán creados con la enorme colección que alberga el museo parisino, además de exhibir una cuidada selección de arte contemporáneo chino.

Este es el segundo intento del Centro Pompidou en abrir una sede en Shanghai. En el año 2007 todo estaba listo, pero el prematuro anuncio del Ministerio Cultural de Francia enojó al Gobierno chino y el acuerdo en el distrito de Luwan no se cerró.