Luis Benshimol: Alessandro Balteo-Yazbeck: “Instrumentalizados”

Alessandro Balteo-Yazbeck presenta su exposición “Instrumentalizados” en la Galería Carmen Araujo Arte, en alianza con Henrique Faría Fine Art. La muestra está conformada por una serie de obras que hacen referencia a la abstracción como tendencia central de la modernidad venezolana, a la vez haciendo una fuerte crítica de la forma en la que hemos deshechado lecciones pasadas y continuamos forjando el presente sobre una base cultural de “usar y tirar”.

 

Delirio cultural

Una fotografía de un vaso de whisky con hielo. El mítico trago de fiesta venezolana elegante, abrazado por una servilleta blanca de papel. Al mirar un poco más de cerca descubrimos que una fina capa de líquido negro se sitúa por encima del alcohol. El título de la obra –”Vanitas”– traslada una temática crítica de la clase alta: su superficialidad, sus olvidos, sus ignorancias. Dos oros líquidos que nos han llevado al hoyo, cada uno tomándonos de una mano. Una capa de petróleo como alegoría de la vida moderna en Venezuela, aquella que gozó las riquezas del oro negro. De la que ahora sólo nos quedan los recuerdos y las consecuencias. Ahora sólo nos queda el whisky, si lo hay, a precio de oro puro.

–Melanie García

Utilizando pedestales de figuras geométricas tridimensionales y cubriéndolos con prendas de ropa, pareciera que algo se está intentando encubrir, por esconder quizás el pasado que nos llevó al desastre del ahora. Balteo “se refiere así a la instrumentalización de todo aquello que, por diversas causas geopolíticas y económicas, los sistemas de poder abandonan, desechan o marginan, luego de haber cumplido cierta función, sean estos seres humanos o costumbres. Un conjunto de obra crítica que puede vincularse simultáneamente con muchas realidades de nuestro mundo actual”. Así lo explica Carmen Araujo Arte.

Alessandro Balteo-Yazbeck, “Vanitas”, 2018. Foto: cortesía galería

La ropa usada es abandonada cuando ha dejado de cumplir su función inicial. Es el utilitarismo que reina en la actualidad, sin atender a las consecuencias de nuestra cultura de usar y tirar. “Actualmente los movimientos civilizatiorios van cambiando, dejando de lado lo humano que como ropa usada, es desechada, desde el momento en que ya no representa de ninguna utilidad para el bien común de las estructuras culturales”. Instrumentalizados plantea en una serie de piezas que podrían simbolizar las figuras humanas que funcionan como engranajes y mecanismos integradores de grandes estructuras, que actúan en función de su continuidad más que de los valores humanos.

Eliseo Sierra, curador e investigador venezolano, también menciona que el artista logra como un objeto antropomórfico de uso corriente como puede ser la ropa, es sometido al formato del arte, a las formas básicas de exposición artística. Por otro lado, para Sandra Pinardi, sus obras logran una documentación poética oscilando entre la abstracción y el realismo, aludiendo al arte abstracto moderno venezolano, como también las tendencias sobre los objetos y los conceptos, la instrumentalización de todo aquello que son abandonados, marginados y desechados una vez cumplida su función, representado en cada una de las piezas de ropas vacías o que tratan de llenar un espacio formal que no existe.

Cada pieza presenta una etiqueta enumerada que puede simbolizar la carencia de vida, a modo de una etiqueta forense. Las etiquetas exponen tanto la disponibilidad de lo apartado como la caducidad de su función, asimilando las mismas etiquetas que muestran el precio devaluado por su condición de “ya usado”, como también las típicas etiquetas de la morgue, que categorizan lo que ya no es parte de la estructura vital.

“Restos y rastros”

Como observador crítico de la obra moderna desde las relaciones entre ideas, gente y objetos, Balteo-Yazbeck también deconstruye estas relaciones. Su crítica apunta hacia todo el proyecto moderno y sus derivaciones político-sociales, las articulaciones normativas y su sistema económico. El conjunto de obras que se muestran en la exposición, según discuten Sierra y Pinardi en El Nacional, funcionan como rastros de este proyecto, con el total entendimiento de los efectos de esta modernidad que se ha desfigurado en sus fines, presentados como pura in-formación. Las alusiones al arte moderno marcan cada una de las obras y también la crisis presente en las producciones artísticas que deambulan entre la dualidad de lo abstracto y lo concreto, entre la geometría monocromática y lo específico de las franelas o pantalones descartados.

Continúa Pinardi: el artista “transita entre estas dualidades del rastro y el resto”, mientras examina las complejas conexiones de la producción artística, entre la presencia material de la obra y lo que quiere decir a través de lo ausente. Igualmente, se instrumentaliza el sistema artístico, convirtiendo la obra en mercancía, y se instrumentalizan los discursos críticos también transformándolos en mecanismos de legitimación.

El hombre convertido en una insignia, se reduce a un instrumento para el ejercicio del poder o intercambios que generen un beneficio monetario, una mera transacción comercial que ha perdido contenido, quedando como un continente vacío. La ropa identifica lo que va siendo el hombre en una acción, como un álbum que nos recuerda lo que éramos en esa historia, en ese momento. Las piezas expuestas hablan también de abandono, de lo dejado por ahí, quedando el hombre como un requisito necesario para legitimar las políticas de gestiones, para accionarlas hacia un bien común, un bien general. Aparecen estas piezas como rastros o señuelos de una modernidad desfigurada que al mismo tiempo son los restos de una humanidad abandonada, controlando sus cuerpos y su vida ordinaria, presente en las acciones del estado Moderno.

Restos y rastros en los que se conjugan distintas dimensiones significantes: unas que refieren a temas que tienen que ver con la propiedad –apropiación– y con los usos, otras que aluden al cuerpo y la cotidianidad, a la existencia ordinaria.

–Sandra Pinardi, “Restos y Rastros. Primera conversación, (fragmentos). Caracas, 3 de abril, 2018″

Cuestionando el poder

Alessandro Balteo-Yazbeck es un artista que desde hace 20 años ha desarrollado una práctica híbrida incorporando sus actividades de investigador, archivista y curador, creando narrativas desde los materiales y archivos del trabajo de otros artistas. Balteo, ya ampliamente reconocido a nivel internacional, desarrolla una práctica multimedia inspirada en los procesos narrativos de la historia y la cultura, cuestionando las dinámicas de poder y autoridad a todos los niveles y en distintas latitudes geográficas.

Sus proyectos incluyen esculturas, videoarte, collages e instalaciones conceptuales y fotográficas. Algunas veces, sus trabajos apuntan hacia temas que provocan los parámetros culturales y políticos, a los cuales el artista cataloga como “enredamientos”. También trabaja en cuestiones sobre las nociones de autor de la obra artística y el estudio de la historia y las autoridades culturales, así como también la dinámica del poder en las sociedades contemporáneas.

 


“Instrumentalizados” fue inaugurada en la Galería Carmen Araujo el 19 de mayo y permanecerá abierta hasta el 24 de junio de 2018. 



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