Luis Benshimol: Marco Montiel-Soto en RIBOCA 1

En los Balcanes surge una nueva propuesta bienal: RIBOCA, Riga International Biennal of Contemporary Art. La capital de Latvia celebra su producción artística nacional, que muestra un notorio crecimiento, así como también los 100 años de su independencia. Aún más destacable es la presencia de un artista venezolano, Marco Montiel-Soto, quien llevó su tormenta tropical permanente a la primera Bienal de Riga.

RIBOCA 1

Bajo el título “Everything was forever until it was no more” –cita del libro antropológico del ruso Alexei Yurchak– la primera Bienal de Riga servirá como marco referencial para resaltar las creaciones artísticas del panorama de la región y otorgar oportunidades a creadores de todas partes del mundo para dialogar con el ámbito cultural de la ciudad y de sus alrededores geopolíticos.

“El cambio es un proceso constante e imperceptible. Nada permanece igual, sin embargo constantemente pareciera que las cosas están fijadas, sólidas, ciertas. El cambio opera de manera extraña”.

–Katerina Gregos

Con esas palabras inicia Katerina Gregos, curadora en jefe de la bienal, el texto que da cuerpo al concepto detrás de esta primera gran exposición. Con ese aire de apocalipsis, como si hubiera un final no visible en el panorama, se embarca esta meticulosa presentación. Conviene recordar, apunta Gregos, que “sólo el cambio es real”, citando a Heráclito de Éfeso.

En un mundo ya bienalizado –con casi 300 bienales internacionales– el orgullo de Gregos es poner la península balcánica en ojos del resto del mundo. Con una sólida lista de 104 artistas participantes y 10 colectivos asociadas con la región báltica, RIBOCA espera echar raíces en un lugar que, poco a poco, empieza a tener cierta relevancia. Considerando el momento histórico que vive el país, viejas historias estarán dentro de la dialéctica de la Bienal, junto con nuevas narraciones contemporáneas de todas partes del mundo. En referencia a ese pasado geopolítico, dice Gregos que “la bienal no se enfoca en los cambios post-soviéticos, pero sí busca explorar los múltiples ángulos que surgen hoy en día como consecuencia de ese cambio”.

Igualmente, el evento toma la misión de incrementar el compromiso artístico con los artístas bálticos, pues la región continúa siendo un territorio virgen con numerosas posibilidades de exploración. RIBOCA, además de ser un espacio de crítica, también es una actividad de cooperación e intercambio entre los actores culturales, instituciones y productores del circuito nacional, que además sirve para medir la temperatura de las actividades culturales y la receptividad de su público a propuestas innovadoras en torno al arte.

 

Marco Montiel-Soto, “Permanent storm for a tropical constellation”, 2018. Foto: cortesía del artista

 

Una tormenta permanente

“Permanent storm for a tropical constellation” de Marco Montiel Soto, transporta al espectador a una expedición en bote desde Neu Nurnberg a El Congo, una población que se solidificó no a las orillas sino propiamente dentro del Lago de Maracaibo. Pasando por el puente sobre el lago, los numerosos pozos petroleros de la zona y las torres eléctricas que sirven a la gran capital Zuliana, se alcanza llegar al pueblo del Congo. Montiel-Soto, que estuvo internado en la comunidad durante tres semanas, busca retratar lo que allí se vive y replicar su arquitectura.

En este caso, Montiel-Soto instaló un palafito en medio de un pabellón de 900 metros cuadrados en plena ciudad de Riga. La obra está compuesta por dos elementos, uno audiovisual y otro físico. A través de tres vídeos simultáneos, se cuentan las historias particulares de sus habitantes y, poco a poco, se va abriendo la obra a un espectro mayor, explorando el desaliento del día a día y llegando a la crisis nacional, que se muestra generalizada y cada vez más profunda. Por su parte, el palafito –además de situar directamente al espectador en el sitio en cuestión– alude a la referencia histórica del conquistador Alonso de Ojeda quien, junto a Amerigo Vespucci en 1499, se vio cara a cara con estas edificaciones en el mar, que posteriormente inspiraron el nombre del país. Anteriormente conocida como Venezziola o Pequeña Venezia, el nombre luego evolucionó a Venezuela.

La búsqueda de Montiel-Soto se centra en la revisión de culturas y geografías a través del viaje. Utilizando como medios la fotografía, el vídeo y la instalación, la narrativa de Montiel-Soto es sencilla en apariencia pero sumamente crítica en fondo. Estudiando las relaciones de poder en lo político y económico, hace de la realidad más general un viaje propio, individual, con un toque de humor tan Maracucho como suyo propio. El artista dará una charla el día 12 de julio en el pabellón de Riga donde se encuentra expuesta su obra actualmente. Conversará sobre la situación actual de Venezuela y su expedición a El Congo.

 

“Permanent storm for a tropical constellation” (film still), 2018. Foto: cortesía del artista

 

¿Otra bienal más?

Katerina Gregos, nacida en Grecia, es la curadora de la Biennal de Riga que se realiza bajo las sombras de los cambios políticos en zonas enmarcadas anteriormente como la Unión Soviética. Abierta oficialmente el 2 de junio en Riga, el concepto curatorial de esta gran exposición de arte contemporáneo, se centra en explorar las transformaciones sociales y políticos de identidades y nacionalidades. En líneas generales, las curadurías de Gregos se alejan de lo políticamente correcto, por el contrario es sumamente crítica de lo “políticamente correcto” y va directo al grano mostrando el arte que se dirige al poder con fortaleza.

El mundo afronta grandes retos para los que –a pesar de la sabiduría y la información que tenemos a disposición y carece de precedentes– no estamos preparados. Está el cambio climáticol; la transición de la economía basada en lo material a la basada en la sabiduría, y el capitalismo cognitivo; el incremento en la automatización de los procesos que hará redundantes a los humanos y transformará el mercado laboral; las demografías rápidamente cambiantes; y finalmente el ‘transhumanismo’ – la creencia en que la raza humana es capaz de evolucionar más allá de sus limitaciones físicas y mentales a través de la ciencia y la tecnología. Esto último puede parecer rebuscado, pero se hace más plausible cuando consideramos los rápidos avances en ingeniería genética, medicina, bio y nanotecnología”.

–Katerina Gregos

En el texto curatorial referente a la Bienal, Gregos muestra consciencia sobre las sensibilidades que atañen al tema de identidad, de cómo se habla en nombre de otro. También ha asegurado que “la política comienza con la práctica de lo que pregonas y esto es lo que trato de hacer como curador”. Con amplia experiencia en nueve otras bienales y dos cargos institucionales, en esta oportunidad, también fue parte de la concepción del proyecto de bienal, con una visión futurística fundamentada en las bases éticas del presente.

En cuanto al fenómeno de la bienalización –un creciente número de bienales se celebran cada año a nivel mundial– Gregos sugiere que este tipo de exposiciones a gran escala surgen casi siempre de un movimiento cultural real, con lo cual, el evento sólo favorecerá y empoderará a sus actores. De forma que si se desarrolla con la intención de impulsar una infraestructura de arte contemporáneo en términos de galerías, fundaciones e instituciones, tal evento no sólo es válido sino imperativo en la sociedad global actual. Esta primera Bienal de Riga persigue facilitar la comunicación de la región para con el mundo además de entablar diálogos creativos, incluir al espectador, e impulsar la apertura de las relaciones recíprocas con la escena local con un enfoque hacia lo sostenible. RIBOCA explorará la evolución cultural dentro de la narrativa post-soviética y los cambios que ha generado.

 

RIBOCA1, Bienal de Riga 2018. Foto: RIBOCA


La 1º Bienal de Arte Contemporáneo de Riga (RIBOCA) se extenderá hasta el 28 de octubre de 2018. 



Ver fuente

Comentarios